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viernes, 14 de octubre de 2011

TARTA DE QUESO CLÁSICA

Esta vez decidimos hacer con una tarta de queso, porque tenía muchas ganas de probar una casera (yo soy la golosa de la pareja, y la mayoría de recetas dulces que veréis aquí, serán posiblemente instigadas por mí jijiji) Total, que me puse a buscar en internet y decidí hacer esta receta que encontré en el blog Directo al Paladar, ya que me pareció muy sencilla en cuanto a ingredientes y pasos a seguir. Yo ya había probado a hacer la receta en Málaga este verano, así que a mi vuelta a tierras isleñas, y viendo el percal y las ansias cocineras de mi compañero golisneador, le propuse que la hiciéramos. Para seros franca, a mí me salió bastante mejor que la que os traigo ahora, no sé si puede ser por la forma del recipiente, pero esta tarta se nos ha bajado mucho (cosa que a mí no me ocurrió cuando la hice sola, quizás porque mi recipiente al ser rectangular quedó practicamente entero cubierto por la mezcla, mientras que éste al ser más grande y circular quedó sólo a la mitad). Además, la cabezonería del Señor Golisneador de ponerle a la tarta una mega-base de galletas (y no exagero nada de nada) creo que tampoco ha ayudado mucho al resultado final, pero al menos he de deciros que de sabor estaba igual de buena que siempre.

Ingredientes

- 1 Tarrina de queso fresco de untar
- 3 huevos.
- 3 yogures naturales (si los usáis naturales azucarados quedará bastante más dulzón de sabor)
- 3 cucharadas soperas de harina
- 10-12 cucharadas de azúcar (algunos comentában en Directo al Paladar que era excesivo, pero yo usé el mismo número y no me pareció demasiado dulce, sino en su punto).
- 10-12 Galletas y mantequilla (opcíonal, sólo si se quiere poner base a la tarta)

Procedimiento

Ponemos el horno a 200º para que se vaya calentando mientras hacemos la receta. Si queremos ponerle base, trituraremos las galletas y calentaremos al fuego un poco de mantequilla. La cantidad de mantequilla dependerá de si queremos una base más dura y crujiente (menos mantequilla) y una base más suavecita (más mantequilla). Mezclamos las galletas trituradas con nuestra mantequilla líquida, y con la ayuda de una cucharada al revés, iremos cubriendo el fondo del molde de horno escogido, intentando que las galletas queden lo más lisitas posibles. Cogemos un bol y en él vamos poniendo todos los ingredientes para mezclarlos: el queso de untar (no importa que no esté derretido, a fuerza de mezclar posteriormente con las barillas, se va integrando perfectamente), los huevos, los yogures, la harina y el azúcar. El "truco" de la receta es batir a la perfección todos los ingredientes hasta que quede una mezcla totalmente homogénea, sin ningún tipo de grumito, para que después la tarta cuando esté hecha, quede con una textura totalmente esponjosa y suave. Una vez mezclados todos los ingredientes, vertimos la mezcla del bol al molde y lo ponemos en el horno a 170º. En la receta original, se dice que en unos 20-25 minutos está, pero yo, todas las veces que la he hecho he tenido que esperar casi siempre cerca de una hora. Podéis ir comprobando si está hecha metiendo un palillo en la tarta hasta que éste os salga limpio. A mí normalmente, hasta que la tarta no está bastante dorada por arriba, no está cocida. Una vez lista, sacar del horno y dejar enfriar unos minutos fuera, para meterla en la nevera hasta que se enfríe. Una vez bien fresquita podéis consumirla como queráis, bien así mismo o bien poniéndole mermeladas de frutas, chocolate, caramelo.. al gusto de cada uno. A mí la verdad es que me gusta así mismo tal cual, pero en esta ocasión le pusimos mermelada de fresa casera que había por casa. Éste fue el resultado.












P.D: Perdonad la calidad de las fotos que no es muy allá, tenemos que apañarnos con lo que tenemos!


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